¿Es necesario usar partituras?

Esta pregunta sólo se puede contestar conociendo su situación. Cada músico es diferente y cada composición musical es diferente. Cada maestro de música es diferente también; la mayoría de maestros se enfocan en enseñar a leer partituras antes de cualquier otro concepto. Es necesario examinarse como músico y realizar en qué punto está en su conocimiento y crecimiento musical. Muchas veces la arrogancia y el orgullo no nos permite realizar lo que Dios quiere que realicemos. Nosotros somos un ministerio que publica partituras cristianas, so obviamente creemos en la importancia de usar partituras. Pero queremos darles unas observaciones que quizás le pueden ayudar en realizar si le hace falta usar partituras o depende mucho de tocar por oído.


La notación musical se ha inventado y reinventado varias veces. El sistema de notación que ahora usamos hoy en día no siempre ha existido. El sistema de notación en los tiempos bíblicos ni se sabe y no lo podemos reproducir con exactitud. Lo que sí sabemos es que había música a pesar de que no existía el sistema de notación que usamos hoy. La música existía antes que el sistema de notación musical moderno.

Podemos distinguirnos como músicos con la capacidad de tocar por oído o como músicos con la capacidad de tocar con partituras. Un músico que toca por oído no es superior porque tiene el don de tocar por oído; y el músico que puede leer partituras no es superior porque ha invertido horas para mejorar su aptitud. Cada músico tiene su fuerza y su debilidad. Lo que quiero mostrarles es que es necesario saber sus limitaciones y no ignorar donde necesita crecer como músico.

1. El músico que sólo toca por oído corre el riesgo de tocar con menos precisión.

Nosotros como músicos invertimos hora tras hora para evitar los errores. Una de nuestras metas es de no cometer errores. No queremos cometer errores porque sabemos que el Señor merece nuestro mejor. Una de las mejores maneras de evitar los errores es de estar preparado. 

Aunque yo toco por oído, aún me gusta tener las partituras de las alabanzas que entonamos cada domingo. Me gusta estar preparado. Tener las partituras no significa que automáticamente voy a tocar sin error; pero, sí elimina mucho del riesgo. Si hay un cambio en el tono o en la entrada, ahora no tengo que depender de mi memoria o mi oído, puedo hacer una nota en mis hojas. Si tenemos una cadena de 12 alabanzas, ahora no es necesario tener la carga de memorizar todo. A veces cuando estamos tocando ni miro las partituras, pero me gusta tenerlos listos a la vista en caso que hay una confusión y los ocupo ver.

2. El músico que sólo toca por oído se limita su potencial de tocar música más avanzada.

La vida de un músico es como un árbol. Un día hace tiempo escuchamos una alabanza o una canción y la semilla se plantó de aprender la música. En nuestra primera clase o tutorial esa semilla se le dio agua. Cada día que ensayamos o practicamos se le da agua a la semilla y seguimos creciendo. Nuestro deseo es de cada día crecer como músico y crecer como cristiano. Sólo hay dos tipos de árboles: los que están creciendo y los que están muriendo.

El aprender a leer partituras no significa que automáticamente va crecer a su máximo. Igual el tocar por oído no significa que va crecer más despacio que el tocar con partituras. El crecimiento significa que tocamos canciones más avanzadas y complicadas y que desarrollamos más estilos y elegancia al tocar. Como les dije, yo comencé mi carrera tocando sólo por oído. Tocaba bien y me defendía al tocar las alabanzas; pero, yo quería crecer y llegar al punto donde podía tocar las de Beethoven y Richard Clayderman. Quería aprender más estilos y tipos de música. Sabía que la mejor manera de llegar a ese punto era de aprender a leer partituras musicales. Me costó mucho trabajo y esfuerzo; pero, pude lograr a llegar a un punto como músico que podía seguir creciendo.

3. El músico que sólo toca por oído no puede comunicar sus ideas o colaborar efectivamente.

Cada músico en una banda o conjunto conoce el estrés y la tensión en un ensayo. Hay ensayos que todo fluye sin problema, pero hay ensayos que nada sale bien o no se halla cómo solucionar una parte problemática. A veces colaboramos con músicos avanzados y a veces con músicos principiantes. En el ministerio de alabanza, no podemos sólo incluir los músicos avanzados. La mejor manera de colaborar con músicos de cualquier capacidad y de garantizar la organización productiva es de utilizar partituras.

Los enemigos del tiempo de ensayo son la confusión y la falta de preparación. Si hay un problema en una parte, prefiero decirles específicamente donde: “compás número tal y tal.” Eso elimina cualquier confusión de donde se necesita arreglar o mejorar. Si los cantantes están entrando tarde, allí se los puedo explicar con las partituras. Si los de la banda quieren extender una porción, es más fácil comunicarlo a los demás: “extendemos la entrada 4 tiempos, o agregamos 4 compáses después del puente.” De allí los cantantes y la banda pueden tomar nota y ver exactamente los cambios que se van a realizar.

El uso de partituras es una herramienta para el músico. Como un mecánico de carros o un doctor médico, el músico tiene su herramienta para hacer su trabajo efectivamente. Tengo unos colaboradores en la banda que no usan partituras, pero aún se los doy para que lo tengan si no lo necesitan. Hay unos colaboradores que no pueden tocar sin partituras y tocan sin expresión o emoción. Nunca van a crecer por nunca querer salir de la comodidad de depender de las partituras. El uso de partituras es una herramienta; prefiero tener la herramienta y no ocuparla que ocuparla y no tenerla.